jueves, 26 de febrero de 2099

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sábado, 7 de octubre de 2017

Béjar, Salamanca, Castilla y León

La sierra de Béjar, prolongación del Sistema Central, se alza majestuosa al sureste de la provincia de Salamanca para custodiar sus límites al sur cacereño y al este abulense, prestándose de mil amores a la escalada, el montañismo y al esquí.

Béjar, depositaria de una rancia tradición textil desde el siglo XIII gracias a la excelente lana de sus ovejas merinas, se erige como cabeza de la comarca con cerca de 18.000 habitantes, compaginando su dinámica industria con sus atractivos turísticos. El partido judicial tiene 1.245,1 k², alrededor de 40.401 habitantes y 62 municipios.

 

El caserío se encuentra recostado escalonadamente sobre la cima y la falda meridional de una loma, mientras a sus pies 
corre el río Cuerpo de Hombre, tomado por fábricas de hilados y tejidos. 
Como historia se sabe que los "vetones", pueblo indoeuropeo dedicado especialmente al pastoreo, ya se asentaron sobre el cerro escarpado.
Los restos de la llamada Vía de la Plata que unía Mérida con Astorga, atestiguan el paso de los romanos, aunque su categoría de plaza fuerte llega con los árabes. 



Éstos construyeron una alcazaba sobre la que hoy se alza el Palacio Ducal y rodearon la villa con doble muralla, que aún pervive en la parte occidental, allá por el siglo XI.



Según recuerda la tradición, la conquista de Béjar se produjo por sorpresa... Desde los montes llegaron los cristianos cubiertos con musgo y pieles de animales y vencieron al infiel.
En recuerdo de aquella hazaña, los bejaranos celebran la fiesta del Musgo en el mes de junio con una colorista procesión.



En 1.212 Alfonso VII dota a la villa de fuero y Sancho IV deslinda sus términos en 1291.
Alfonso de la Cerda se hace con el señorío de Béjar y Piedrahita a cambio de su renuncia al trono en 1304, aunque Fernando IV la incorporaría de nuevo a la corona. A principios del siglo XV, Enrique III se la dona a su mayordomo Diego López de Zúñiga, y desde entonces quedará vinculada a este poderoso linaje de duques hasta el siglo XIX.


En la misma entrada de la villa nos recibe el Bosque, un parque italiano-renacentista creado por el duque de turno en 1.567 en su residencia de verano; Jardín Artístico desde 1.947, encierra tupidas arboledas, paseos ajardinados, un palacete, fuentes y un bello estanque. El parque municipal intenta ponerse a su altura con un bonito paseo de frondosos árboles, y el de La Antigua se deja abrazar por la muralla musulmana del oeste. 

El Castañar, bosque cuajado de milenarios castaños, se yergue frente a la villa. Allí se encuentra la ermita de la Virgen del  Castañar dueña y señora de Béjar. Agasajada por el pueblo entre los días 6 y 8 de septiembre con romería y diversos festejos taurinos en su antiquísima plaza de toros que data de 1711. 

Como plato más típico se conoce "el Calderillo Agosteño", un guisado de carne de ternera morucha y patatas con verduras al que le acompañan como broche los empiñonados y huesecillos.


El casco antiguo se extiende desde la Plaza Mayor hasta la muralla con viejos palacios y casas solariegas blasonadas, con bellas arcadas, galerías, miradores y primorosas rejas.
En Béjar se construía  con sólida piedra hasta los cuatro pisos de altura.



La Plaza Mayor, ampliada en el siglo XVIII, aloja los edificios más emblemáticos; con el Ayuntamiento, obra de 1.739 destinada a ser cárcel y El Salvador, un templo del románico ojival.



Los duques reconstruyeron su primitiva residencia en el siglo XVI con un claro estilo plateresco; sus dos recias torres, la del Mirador y la de las Cadenas y sus escudos delatan su grandeza.




En los siglos XII y XIII sus pobladores levantaron las cuatro iglesias románicas que engalanan sus calles y plazuelas. El templo de Santiago, construido sobre un anterior templo visigodo y la iglesia de San Salvador son los de más solera.



La de San Juan Bautista conserva el ábside románico pero fue ampliada en el siglo XVI, conserva un soberbio artesonado mudéjar y hermosos altares laterales de estilo barroco.
Santa María la Mayor fue proyectada en el románico, tomó añadidos del gótico y en la segunda mitad del siglo XVI se llevó a cabo su tercera reforma. Entre sus tesoros destaca el retablo del altar mayor de la escuela renacentista castellana y un grupo escultórico de la Virgen de las Angustias del siglo XVII.

En la que fuera la iglesia de San Gil se ha habilitado el Museo de Mateo Hernández, destacado escultor nacido en la villa en 1.884, donde exhibe su obra con orgullo.


El término tiene 45, 9 K² y a 959 m de altitud. Su gentilicio es bejaranos o bejeranos. Las tierras cultivadas, distribuidas en pequeñas propiedades son, principalmente de secano con cereales, leguminosas, olivar y viña; en tanto el regadío se destina a patatas, hortalizas y praderas.
Predomina la industria textil que se remonta a finales del siglo XIII, y que a partir del XIX se mecanizó.

jueves, 9 de marzo de 2017

Mora de Rubielos, Teruel, España


Es una villa de la provincia y partido judicial de Teruel, al suroeste de la misma; se encuentra a 1.035 m de altitud.

El término tiene 166,77 kilómetros cuadrados y aprox. 1.393 habitantes, los cuales residen en su mayoría en el núcleo urbano. La villa en su origen se llamó solamente Mora, luego Mora de Aragón y finalmente en en el año 1.860 tomó el nombre de Mora de Rubielos. Conquistada a los musulmanes en el año 1.171 por las tropas de Alfonso II, el rey Pedro III cedió la villa con su castillo en favor de Pedro Ladrón en 1.198, pero el rey Jaime I, a su vez, se la cedió con posterioridad a su hijo natural, Jaime, lo que dio lugar a graves enfrentamientos.


Ocupada por las tropas castellanas en la guerra de los dos Pedros, volvió a manos aragonesas en 1.364 para recibir el privilegio del rey Pedro IV por el que se comprometía a no separarla de la corona.



Vista aérea de la villa de Mora de Rubielos.


Situada en el Alto Mijares, al pie de las estribaciones meridionales de la sierra de Gúdar (Sierra de Mora), junto al río Mora y en la cuenca del Mijares; sus afluentes "Fuen Lozana" y "Tosquilla" proporcionan a la comarca abundante agua para regar su amplia y bien cuidada red de acequias y pequeños embalses, entre los que destaca Los Batanes o Balsa Nueva, cuya construcción data del siglo XV. 


Asimismo, es poseedora de numerosas fuentes, sus aguas termales medicinales en El Babor se hicieron famosas por su bondad en el tratamiento de enfermedades gástricas.




Su economía se basa en pinares y cultivo de cereales (trigo), frutales, remolacha, y forrajes. Ganado lanar. Cuenta con manufacturas de la madera y textiles, además de la alfarería.

Su patrimonio es amplio, cuenta con un gran castillo fortaleza de los siglos XIII-XV, que después de pasar por varias manos, terminaría en 1.367 en las de Blasco Fernández Heredia, tras el pago de 260.000 libras barcelonesas por la villa y el castillo. Desde entonces la familia Heredia habitó la fortaleza hasta que en 1.614 se la entregaron a los franciscanos que la ocuparon en régimen conventual hasta el año 1835. Desde entonces ha estado ocupada por distintas dependencias estatales. En la actualidad sus formidables instalaciones son utilizadas en distintas representaciones, actos culturales y sociales de todo tipo. Cuenta en sus instalaciones con un museo etnográfico.

Fue declarada Monumento nacional en 1931.


En mora de Rubielos se mezclan claramente de forma sabia la arquitectura de origen musulmán, en esta ocasión con su correspondiente entronque levantino, con magníficos ejemplos del arte constructor del arte gótico y románico.

Abundan las masías y alguna que otra casa blasonada con fachada de sillería. Buenos ejemplos de ello son el Ayuntamiento, del siglo XVIII, el antiguo Convento de las Terciarias Franciscanas, la casa parroquial, la de los Cortel, Marín, Torres, Cabañero...etc.



 Su casco antiguo fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1.978, y sus dos obras más significativas son la excolegiata, una de las mejores obras que el gótico mediterráneo dejó en Aragón, y el mencionado castillo fortaleza, ambos en un magnifico estado de conservación y declarados Monumentos Nacionales.



Este monumento es testimonio del poder religioso en la villa, se erigió a mediados del siglo VI por orden del arzobispo de Zaragoza Dalmau del Mur, bajo el mecenazgo del señor de Mora, Juan Fernández de Heredia.
Un siglo después, la colegiata sufriría un grave incendio que destruyó gran parte del templo, la mayoría delos archivos y la biblioteca, que contenía importantes obras. Por fortuna el edificio no se destruyó por completo y con sucesivas restauraciones a podido conservarse hasta nuestros días.


Conserva restos de la muralla medieval y algunas de sus puertas de acceso a la ciudad como: el Portal de los Olmos, el de la Plaza y el de las Monjas; estos dos últimos dan cobijo en la actualidad a viviendas.

Una de las antiguas puertas de la villa.

viernes, 3 de marzo de 2017

Tosa de Mar, Gerona (Cataluña) España


El municipio de Tosa de Mar está dentro del partido judicial de Santa Coloma de Farnés, provincia de Gerona. El término tiene 38,18 kilómetros cuadrados, se sitúa en la comarca de La Selva, en la Costa Brava. Es un enclave turístico importante, por su privilegiada situación además de por su rico Patrimonio; fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1931.


De las fortificaciones medievales conserva parte de la muralla con sus almenas y torres cilíndricas, construida entre los siglos XII y XIV, y restos de su castillo.



El edificio que alberga actualmente el Museo Municipal, que data del siglo XIV, guarda objetos arqueológicos procedentes del yacimiento de una villa romana hallada en la población y una colección de pintura moderna entre la que cabe destacar una obra de Chagall, que denominaría a la villa "Paraíso Azul" tras su estancia veraniega en los años 1933 y 1934.




Además conserva restos de una iglesia gótica del siglo XIV.
Cuenta también con una iglesia de estilo barroco (1755-1777).


Cabe destacar la belleza de sus calles con edificaciones con historia, su escalinata con sus tonos azules, y la actual Casa de la Cultura que en su día fuera el hospital, también de estilo barroco.


Como dato curioso reflejar que en 1950 la actriz Ava Gardner y James Manson rodaron en la localidad la película "Pandora y el Holandés errante" lo que hizo que Tossa se conociera más allá de su entorno. Por ese hecho y en agradecimiento por la promoción que supuso para la localidad ese acontecimiento, se ha erigido una escultura de la actriz en el Mirador de la Vila Vella.