Es una villa de la provincia y partido judicial de Teruel, al suroeste de la misma; se encuentra a 1.035 m de altitud.
El término tiene 166,77 kilómetros cuadrados y aprox. 1.393 habitantes, los cuales residen en su mayoría en el núcleo urbano. La villa en su origen se llamó solamente Mora, luego Mora de Aragón y finalmente en en el año 1.860 tomó el nombre de Mora de Rubielos. Conquistada a los musulmanes en el año 1.171 por las tropas de Alfonso II, el rey Pedro III cedió la villa con su castillo en favor de Pedro Ladrón en 1.198, pero el rey Jaime I, a su vez, se la cedió con posterioridad a su hijo natural, Jaime, lo que dio lugar a graves enfrentamientos.
Ocupada por las tropas castellanas en la guerra de los dos Pedros, volvió a manos aragonesas en 1.364 para recibir el privilegio del rey Pedro IV por el que se comprometía a no separarla de la corona.
Vista aérea de la villa de Mora de Rubielos.
Asimismo, es poseedora de numerosas fuentes, sus aguas termales medicinales en El Babor se hicieron famosas por su bondad en el tratamiento de enfermedades gástricas.
Su economía se basa en pinares y cultivo de cereales (trigo), frutales, remolacha, y forrajes. Ganado lanar. Cuenta con manufacturas de la madera y textiles, además de la alfarería.
Su patrimonio es amplio, cuenta con un gran castillo fortaleza de los siglos XIII-XV, que después de pasar por varias manos, terminaría en 1.367 en las de Blasco Fernández Heredia, tras el pago de 260.000 libras barcelonesas por la villa y el castillo. Desde entonces la familia Heredia habitó la fortaleza hasta que en 1.614 se la entregaron a los franciscanos que la ocuparon en régimen conventual hasta el año 1835. Desde entonces ha estado ocupada por distintas dependencias estatales. En la actualidad sus formidables instalaciones son utilizadas en distintas representaciones, actos culturales y sociales de todo tipo. Cuenta en sus instalaciones con un museo etnográfico.
Fue declarada Monumento nacional en 1931.
En mora de Rubielos se mezclan claramente de forma sabia la arquitectura de origen musulmán, en esta ocasión con su correspondiente entronque levantino, con magníficos ejemplos del arte constructor del arte gótico y románico.
Abundan las masías y alguna que otra casa blasonada con fachada de sillería. Buenos ejemplos de ello son el Ayuntamiento, del siglo XVIII, el antiguo Convento de las Terciarias Franciscanas, la casa parroquial, la de los Cortel, Marín, Torres, Cabañero...etc.
Este monumento es testimonio del poder religioso en la villa, se erigió a mediados del siglo VI por orden del arzobispo de Zaragoza Dalmau del Mur, bajo el mecenazgo del señor de Mora, Juan Fernández de Heredia.
Un siglo después, la colegiata sufriría un grave incendio que destruyó gran parte del templo, la mayoría delos archivos y la biblioteca, que contenía importantes obras. Por fortuna el edificio no se destruyó por completo y con sucesivas restauraciones a podido conservarse hasta nuestros días.
Conserva restos de la muralla medieval y algunas de sus puertas de acceso a la ciudad como: el Portal de los Olmos, el de la Plaza y el de las Monjas; estos dos últimos dan cobijo en la actualidad a viviendas.
Una de las antiguas puertas de la villa.
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